Los españoles no se rascan 

el bolsillo para salir de la crisis

Publicado el 19-02-2010 , por Beatriz Amigot

En el consumo está la clave de la recuperación económica, porque el gasto de los hogares representa, nada más y nada menos, que 2/3 del PIB en España. Los últimos datos de la Contabilidad Nacional han apuntado un ligero cambio de tendencia con la primera tasa intertrimestral positiva (0,3%) en el consumo de los hogares después de siete trimestres de caídas. Además, el indicador de confianza de los consumidores en España se sitúa por encima de la media de la zona euro (ver gráfico). Sin embargo, resulta llamativo que países de nuestro entorno como Francia, Grecia, Portugal, Italia o grandes potencias como EEUU y Japón ya llevan varios trimestres viendo cómo crece su consumo privado. ¿Por qué en cambio los españoles hemos preferido tener el dinero parado en el bolsillo?
Antes de profundizar en la peculiaridad española es necesario valorar y analizar el último dato de consumo reflejado en la Contabilidad Nacional. Aunque en tasa interanual el consumo de los hogares cayó un 3,6% en el cuarto trimestre de 2009, sí creció un 0,3% respecto al trimestre anterior. Y esas tres décimas resultan relevantes porque suponen que el gasto de los hogares aumentó en tasa intertrimestral por primera vez desde finales de 2007. Eso sí, este dato a pesar de ser un dato positivo, hay que tomarlo con cierta cautela.
Para Sara Baliña, analista de AFI, "esta cifra confirma un patrón de mejora. Una parte de ese avance se debe a las ayudas que han impulsado la compra de automóviles y a que también ha habido cierta ralentización en el ajuste del empleo. Pero todavía las bases que sustentan el consumo son débiles. Por eso, no descartamos que pudiera volverse a registrar alguna tasa intertrimestral negativa y creemos que para el promedio del año 2010 el dato de consumo será negativo".
De cualquier forma, los analistas coinciden en que el comportamiento del consumo apunta un cambio de tendencia, pero suave.
Como ya se ha dicho anteriormente, hay países de nuestro entorno con más o menos problemas económicos en los que el consumo reaccionó ya hace unos meses y crece a tasas más altas. Uno de los más significativos es Francia, donde ya en el segundo trimestre de 2008 el gasto privado crecía (año y medio antes que en España). Sólo por citar algún ejemplo más, en Italia y Portugal la recuperación de la demanda privada empezó dos trimestres antes. Bien es cierto que España no es un caso asilado, Reino Unido parece seguir un patrón (ver gráfico).


¿Por qué nos cuesta gastar más a los españoles?
La primera razón se debe al momento del ciclo. "España entró dos trimestres más tarde en recesión que el resto de países de su entorno y, por tanto, los indicios de recuperación también van a llegar con cierto retraso", explica Xavier Segura, Jefe del Servicio de Estudios de Caixa Cataluña.
Otra cuestión fundamental es que la tasa de desempleo española (19,4% en el cuarto trimestre de 2009) no tiene parangón. Duplica la de la zona euro y casi la de EEUU. "Es evidente que un mayor nivel de desempleo significa mayor número de personas con menor renta disponible y, por lo tanto, éstas consumen menos", explica Jorge Malfeito, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos.
A juicio de Segura, hay que tener otro factor en cuenta. "En las épocas de bonanza la media de lo que consumía cada unidad familiar no subió sino que, sobre todo, aumentaron las unidades familiares en buena medida por el efecto de la inmigración y con la crisis esto se ha frenado", explica.
Además, el nivel de endeudamiento de las familias españolas sigue siendo muy elevado. En diciembre, la deuda de los hogares sumaba 903.563 millones de euros, un 86% del PIB. Eso sí, esta cifra supone un 3% menos que la registrada un año antes. En gran parte, esta caída se explica porque los españoles en lugar de gastar más han estado amortizando sus deudas.
Por otra parte, "la política crediticia de los bancos y cajas en los últimos meses ha influido también en el letargo del consumo. Si en una situación con ésta bancos y cajas restringen el crédito o lo conceden a intereses muy altos no se favorece el gasto de las familias", añade Malfeito.
Y a las anteriores cuestiones se suma la tendencia de los españoles al ahorro en tiempos de crisis. Este patrón ya se produjo en la década de los ochenta y se repitió en los noventa, cuando tras la crisis de 1993 la tasa de ahorro se elevó hasta el 16%, para después caer al 10,2% en 2007. En el tercer trimestre de 2009 (último dato disponible), superaba ya el 14%. "Esta peculiaridad nos distancia, por ejemplo, de EEUU donde tienen más tendencia al consumo y no tanto al ahorro. Por eso, allí las ayudas económicas han reactivado el gasto de los hogares, mientras que aquí gran parte de las ayudas se han ido al ahorro [como la deducción de los 400 euros]", explica Baliño.
Además, las previsiones de Funcas apuntan que esta tendencia se mantendrá en 2010 y la tasa de ahorro podría ser del 18,2%.
Así que a pesar de que los indicadores de confianza muestran cierto optimismo tanto el de Eurostat en el que comparativamente se nos ve en la parte positiva de la tabla (ver gráfico) como en el que calcula el ICO (que con algún altibajo ha ido mejorando desde finales de 2008 y está en los 78,7 puntos en enero de 2010), la realidad es que los bolsillos de los españoles siguen llenos de incertidumbre. Y los expertos coinciden en que seguirán así mientras el empleo (la principal fuente de ingresos para los ciudadanos medios) no mejore.


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